AUDITORIO SIMÓN BOLÍVAR

ESCENARIO DE AYER Y HOY

El año ya termina, pero por el Auditorio Simón Bolívar del Memorial da América Latina, mucha gente ya pasó y aún vendrán más para compartir su arte. Desde que comenzó 2023, la agenda ha estado repleta, por lo menos con un evento cada día. Entre los más destacados están las presentaciones de la Orquesta Sinfónica de Jazz, que acoge a artistas de la música popular brasileña. Entre los nombres que ya han pasado por el escenario del Memorial están Lô Borges y Ed Motta, shows que marcaron el mes de noviembre y diciembre.

Para 2024, se espera más movimiento en el primer semestre, no sólo con producciones que incluyen la música clásica y popular brasileña -con presentaciones previstas de Jorge Vercillo y Tim Bernardes-, como también con movimientos culturales que dialogan con el arte urbano y dan tono a la palabra diversidad. Entre los eventos programados figuran batallas de rimas freestyle, que forman parte del proyecto “3,2,1”. Se espera que la iniciativa se repita una vez al mes en el auditorio y así atraer más visitantes para el espacio.

 

HISTORIA Y PRESENCIA

Diseñado por Oscar Niemeyer, el auditorio Simón Bolívar tiene capacidad para 1.788 personas y es uno de los más importantes de São Paulo. Por él han pasado iconos de la música brasileña como Tom Jobim, Chico Buarque, Milton Nascimento, Toquinho, Gilberto Gil y Caetano Veloso. Pero también representantes de la música de otros países latinoamericanos, como Mercedes Sosa, cantante argentina; Pablo Milanês, cantante y guitarrista cubano; Paco de Lucía, violinista español; Fito Páez, compositor, cantante y pianista argentino; y Libertad Lamarque, actriz argentina.

Este año se cumplen10 años del incendio en el auditorio que destruyó todo el espacio. La reforma demoró tres años en llevarse a cabo, siguiendo los mismos moldes que el proyecto original. La misión implicaba no sólo prestar atención a los detalles, sino también centrarse en las mejoras. Por eso, los requisitos seguridad y acústica ocuparon un lugar prioritario y guiaron los trabajos. Y esto puede ser observado ahora, ante la elección de tantos artistas para presentarse en este escenario.

El director ejecutivo de la Orquesta Brasil Jazz Sinfónica, Fábio Chateaubriand, dice que el auditorio Simón Bolívar ha marcado la historia del grupo, ya que puede considerarse la primera “casa” de la orquesta. “La orquesta fue creada en 1989, pero su operación comenzó en 1990 Y podemos decir que esta relación con el Memorial viene de lejos, justamente desde los años 90. Fue la primera gran institución que abrió sus puertas a la orquesta”, recuerda.

Según Chateaubriand, el auditorio Simón Bolívar es uno de los escenarios preferidos de los 70 músicos que componen la orquesta para las presentaciones. “Tiene una acústica extraordinaria y, como resultado, permite que la orquesta ofrezca un espectáculo único que pocos locales de la ciudad de São Paulo pueden ofrecer. Esta alianza es una alegría, dada la historia y las oportunidades que han surgido desde entonces”, completa.

 

El 25 de noviembre, la Brasil Jazz Sinfónica actuó con Lô Borges en el auditorio y, el 2 de diciembre, con Ed Motta. En 2024, la orquesta se presentará mensualmente. Jorge Vercillo y Tim Bernardes figuran entre los invitados de la temporada. “Debemos tocar la música popular brasileña en sus más variados ritmos y estilos Es prácticamente un paseo por los estilos que la orquesta interpretará como sinfónica, invitando siempre a un solista destacado”, explica Fábio Chateaubriand sobre el proyecto.

 

El Auditorio Simón Bolívar recibe por lo menos un evento al día; espacio que ya fue escenario de reconocidos nombres como Tom Jobim, Chico Buarque y Mercedes Sosa, y que ahora recibe a Lô Borges, Ed Motta, Jorge Vercillo y Tim Bernardes.

 

INCENDIO Y TAPICERÍA

El incendio que destruyó el auditorio en 2013 marcó la historia del Memorial de América Latina así como, la del personal que se encontraba allí el 29 de noviembre. La gestora de producción cultural de la institución, Lais Camile Camargo Barbosa, cuenta que ese día había pasado por delante del auditorio y que, por suerte, no había ningún evento programado para ese día.

“Hubo un evento el día anterior, con dos plateas, y al día siguiente también tendríamos eventos para dos plateas. Por eso hablo de suerte. De lo contrario, podríamos haber tenido 1.500 personas allí”, menciona Laís. Según ella, cuando empezó el incendio se escuchaban los chasquidos (lea también el testimonio). “Entré en el auditorio dos días después y había ese olor terrible de quemado, un montón de cenizas. Fue muy triste, lloré mucho”, recuerda.

Laís fue una de las personas que participó en el show de reapertura del auditorio, en el que actuaron la orquesta Brasil Jazz Sinfónica, Elza Soares -la homenajeada de la noche- y otros cantantes emblemáticos de la música brasileña. “Fue una gran actuación, maravillosa, y yo participé en todo, en la dirección escénica, en la recepción, en toda la logística. Y fue muy gratificante volver a ver el auditorio abierto con esta gran presentación. Fue increíble. Tenemos un cariño muy especial por el espacio”, exclama.

Y en este diciembre se recuerda otro acontecimiento histórico: seis años de la restauración de una obra de arte destruida por las llamas: el tapiz de la artista Tomie Ohtake, encargado por Niemeyer especialmente para decorar el auditorio Simón Bolívar. Con sus vibrantes colores, el tapiz ocupaba toda una pared del auditorio, unos 840 metros cuadrados.

En aquel momento, después de ganar una licitación, la empresa “Punto e Filo” se encargó de volver a ejecutar la obra, igual que la original. El director comercial de la empresa, Marinho Pisaneschi, afirma que el trabajo fue un gran reto, más aún, porque el equipo decidió hacerlo de forma diferente. En lugar de enmendar piezas de un metro cuadrado, como se había hecho anteriormente, decidieron crear una sola pieza, sin enmiendas.

“La idea partió de uno de nuestras artesanas, que tenía mucha experiencia. Pero aún nos preguntábamos si sería factible, ya que tendríamos que lidiar con el peso de la alfombra y un gran número de personas implicadas. Pero al final todo el mundo estuvo de acuerdo y nos dimos cuenta de que era la mejor opción. Cincuenta personas participaron en su elaboración”, recuerda. “Y lo hicimos con una maestría de la que estoy muy orgulloso. Fue un trabajo largo y delicado. Habría sido muy triste inaugurar el auditorio sin esta obra”, completó.

Tomie Ohtake aún vivía cuando comenzó la producción del tapiz y, durante la realización, el equipo se mantuvo en contacto con ella.

TESTIMONIO LAÍS CAMILE

GERENTE DE PRODUCCIÓN CULTURAL DE LA FUNDACIÓN MEMORIAL DE AMÉRICA LATINA

 

“El 29 de noviembre de 2013, alrededor de las 13:00 horas, hubo un apagón en la zona de Barra Funda, donde se encuentra el Memorial de América Latina. Cuando volvió la luz, alrededor de las 14:00, oímos que los transformadores de la calle hacían ruido, algo inusual, pero nada importante. Al cabo de un rato, algunos empleados que se encontraban en el Auditorio Simón Bolívar, uno de los espacios de este complejo, observaron que se caían pequeñas partes de la moqueta que cubría el techo y que salía humo de esos lugares. Se dieron cuenta de que algo iba mal, de que había un incendio en alguna parte del techo, e intentaron sin éxito subir por las escaleras de mantenimiento para tratar de apagar lo que creían que era un pequeño fuego.

Al mismo tiempo, llamaron a los bomberos, y cuatro de ellos, al llegar, entraron en el auditorio para sacar a los empleados del lugar, y después de la salida de todos, pero con ellos aún en el lugar, un pedazo del techo más grande se vino abajo, y el humo negro se apoderó del espacio, dificultando la salida de este cuarto bombero. Todo sucedió muy rápido, en cuestión de minutos. Lograron ser retirados por los otros bomberos que llegaron, y se salvaron. El destino quiso que ese día no hubiera ningún evento en el auditorio, por lo que sólo estaba trabajando el personal, con pocas personas en el local.

Una vez que todos fueron retirados del local, los bomberos trabajaron sin descanso durante más de 11 horas. Más de 90 vehículos se desplazaron hasta el Memorial para detener el fuego, que había adquirido proporciones gigantescas.

El incendio destruyó el interior del Auditorio Simón Bolívar: las dos salas de la platea con más de 1.500 butacas, el escenario orientado a ambos lados, los equipos de luz y sonido, un piano de cola recién restaurado y el tapiz original de Tomie Ohtake.

Tomie Ohtake vivía aún y a la edad de 100 años entregó sus dibujos originales, realizados en papel cuadriculado en 1989, para que cuando se reconstruyera el Auditorio Simón Bolívar se pudiera reproducir de nuevo la obra. Murió un año y medio después, cuando se iniciaba la reforma. Cuando la nueva pieza estuvo lista, la instalación fue increíble, grandiosa. Y hoy podemos admirar esta singular obra de arte de esta artista plástica reconocida internacionalmente, que da vida al Auditorio Simón Bolívar, a su público y a su escenario”

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