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“Certifico que el Reo Joaquim José da Silva Xavier fue llevado al lugar de la horca erguida en el Campo de São Domingos, y en ella sufrió muerte natural y le fue cortada la cabeza y el cuerpo dividido en cuatro cuartos y como así pasó en verdad redacté la presente certificación; y doy fe. Rio de Janeiro, 21 de abril de 1792″. Francisco Luís da Rocha, escribano de la Comisión expedida en contra los Réus da Conjuração formada en Minas Gerais.
El panel Tiradentes es una pintura a templa (tinta artesanal) compuesta por tres lienzos yuxtapuestos, con dimensión total de 17,70 x 3,09m. La obra, terminada en 1949, una de las más importantes de Candido Portinari, está expuesta permanentemente en el Salón de Actos Tiradentes. Fue comprada por el Gobierno del Estado en 1975 y permaneció en el Salão Nobre do Palácio dos Bandeirantes hasta 1989, cuando fue transferida para el Memorial, en su inauguración.
En los años 40, por sugerencia de Oscar Niemeyer, el industrial y literato Francisco Inácio Peixoto encargó a Candido Portinari un cuadro para ocupar una enorme pared en el zaguán de entrada del Colégio de Cataguases, en Minas Gerais, que había sido proyectado por Niemeyer. El tema era libre. Tras el encargo, Portinari, uno de los principales nombres del Modernismo en el país, se hunden en este episodio brasileño repleto de ideales, sueños, patriotismo y traición, que es la Inconfidência Mineira. Consultó libros y documentos de la época hasta convertirse prácticamente en un experto en el tema.
El panel empezó a ser pintado en 1948. Portinari tuvo que construir un atelier especial, detrás de su casa, para que cupiera el lienzo. El pintor dio los toques finales cuando el panel ya estaba instalado en el colegio. En él, de manera magistral, son representados los principales episodios y los protagonistas de la Inconfidência Mineira.
Según Antonio Callado, autor de Retrato de Portinari, considerada la mejor biografía del pintor, “Portinari era pintor de una inagotable paciencia con los detalles de la obra que estuviera delante de sí, en el caballete (…) Para los cuadros históricos hacía, basados en sus lecturas y búsquedas, esbozos, croquis, hasta estar satisfecho con la expresión que debía dar al rey, al bandeirante, al mártir”.
Guión sobre el panel Tiradentes, por Antonio Callado